Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Las Romerías: ¿tradición inventada, nuevo espectáculo de masas o qué...? (y II)

Domingo, 09 de Octubre de 2011
Francisco Suárez Moreno (Cronista Oficial de La Aldea de San Nicolás)
Publicado en el número 386

Estamos en la sociedad de masas, de las cifras y audiencias… donde organizadores y medios parece que quieran valorar más el número de gente que se congrega; y si no son muchas se reflexiona en sentido negativo.

 

 

(Viene de aquí)

 

III

Las romerías en la sociedad del espectáculo

 

Las romerías y la sociedad del espectáculo. Esta es una tercera cuestión que añadir al debate, el del camino a seguir por las modernas romerías en el marco de cada fiesta patronal de un municipio y parroquia principal.

 

Vamos a poner dos ejemplos en dos pueblos grancanarios que recientemente han celebrado romerías en sus fiestas. Uno ha sido La Aldea de San Nicolás, que a principios de los noventa comenzó su romería el día 8, el día de la Fiesta del Pino, y luego la trasladó al día 10, el día del Patrón San Nicolás de Tolentino, teniendo a las pocas horas otra celebración, el célebre Día del Charco. Esta romería, en esta última edición, duró desde las seis de la tarde hasta casi media noche, con más de 40 carretas y sus correspondientes rondallas desfilando ante el Santo, lo que pudo congregar a varios miles de participantes. En cambio,  en Tejeda, el día 17 de septiembre la romería ofrenda a la Virgen contó con 21 carretas donde se dieron cita poco más de mil personas. Habría que comparar el desarrollo de ambas para valorar lo sucedido en uno y otro lugar. Lógicamente a menor masificación mejor desarrollo se da en una fiesta.

 

Pero estamos en la sociedad de las masas, de las cifras, de las audiencias, de las manifestaciones… donde organizadores y medios de comunicación, lo decíamos antes, parece que quieran valorar más, con sus titulares, el número de gente que se congrega; y si no son muchas se reflexiona no en sentido positivo sino en negativo. Es el caso de las majoreras Fiestas de la Peña (Canarias 7, 18 de septiembre): «la procesión pierde protagonismo» dice el titular en referencia a una bajada de fieles por ser día laboral y la propia Iglesia, según este periódico, «lamenta que tal vez hubiera sido mejor dejar las cosas como estaban antes», o sea, la celebración religiosa en fin de semana y no en el día de la Virgen. Sobre este extremo admiro a mis convecinos del barrio de Tasarte que siempre han celebrado el día principal de las fiestas patronales de San Juan Bautista en su fecha señalada, dejando a un lado ofertas de hacerlo en fin de semana para atraer a más gente.

 

Refrescando el gaznate (Romería de los Dolores 2007). Autor: Manuel Fuentes Moreno

Foto participante en nuestro I Concurso Fotográfico Francisco Rojas Fariña "Fachico". Las Fiestas Populares Canarias

 

 

IV

¿Sobre qué aspectos es necesario debatir?

 

Un buen indicador de la madurez democrática de la sociedad es la cantidad de debates que suele generar ante cualquier tema y de los cuales hemos de sacar algunas conclusiones. Las romerías actuales debieran debatirse en todos sus aspectos, incluso en el de su seudo-religiosidad, así como otros eventos festivos de nuevas creaciones: subidas y bajadas del agua, de la rama, del barro, del millo, del gofio… Aparecía el periódico La Provincia el 25 de septiembre de este 2011 con el siguiente titular: «Amarillo gofio en Agüimes». Informaba de la VIII Subida del Millo, celebrada la semana anterior a la XXXIV Traída del Gofio y del Agua, acontecida la noche previa a esta noticia que acababa por calificarse como «“Tradición Popular” (…) que recrea una antigua y habitual costumbre de la época de la posguerra», cuando los vecinos de esta villa se trasladaban a las afueras para llevar el millo al molino, y «una vez obtenido el gofio éste se transportaba (…) junto con el agua recogida a cacharros de las acequias y fuentes para uso doméstico. Ahora, un acto de supervivencia se transforma en lúdico». Así lo cuentan y lo justifican. ¡Qué daño a la memoria de los pueblos y al sentido común puede deducirse de ello si comprobamos lo que sucedía ayer con rexpecto a este invento de hoy! En todos los pueblos de Canarias siempre se fue a buscar agua en cacharros a pilares, fuentes y acequias... se fue a llevar las talegas de millo tostado al molino para transformarlo en el bendito gofio de cada día... tantos esfuerzos para que ahora, en estas fiestas, el agua y el gofio se recuerden rociando o empolvando... Elemento de la subsistencia, tan sagrado, que recuerdo -cuando se abría la lata del gofio- se le hacia la señal de la cruz; o como cuando se caía un trozo de pan al suelo, que se besaba... y así muchas más cosas respestuosas de la sociedad del pasado que hoy se reivindican en estos y otros eventos, en un marco de embriaguez colectiva. Que la gente se divierta -lo volvemos a repetir- es sano, pero no enarbolando estandartes intangibles que falsean la historia. Pasa en Agüimes, en La Aldea y en cualquier punto de nuestra geografía con estas y otras manifestaciones populares, e incluso religiosas, o las dos mezcladas, como las romerías actuales. Que es a lo que íbamos...

 

Es evidente que romerías, traídas, bajadas y subidas son reflejos de la sociedad del momento, y cuando una costumbre (modificada o no, y ahí está el buen ejemplo de la bajada de la rama de Las Marías en Guía de Gran Canaria) se transforma en festividad, uno de los objetivos de los participantes es el disfrute de un tiempo de ocio aprovechado, sea el evento bien patrimonial o no. También es evidente que pasarlo bien se suele hacer, en tantos casos, desde distintos grados de consumo de alcohol, de comida y demás sustancias que permite el cuerpo, lo que -como ya indicamos una y otra vez- en sana diversión se acepta. Pero… otra cuestión es querer añejarlo todo en su origen (querer envolver la sana diversión en “ancestrales tradiciones canarias”) y, por otro lado, el que comisiones de fiestas y autoridades locales no puedan, por la masificación, controlar su celebración en detrimento de otros festejos más importantes, que es lo que está pasando en muchas romerías que se enmarcan en las fiestas patronales de un pueblo.

 

Y si fuera así -cuestión a analizar por nuestros gobernantes- habría que regular bien estos espectáculos; no para buscar más identificación con lo antiguo ni para mejorar estéticas, sino para conseguir la seguridad, la higiene… para que estas diversiones masivas no rompan la dinámica de otros aspectos de la fiesta. Por tanto, habría que analizar elementos de seguridad, de participación, de ubicación en el día y la hora (las romerías cercanas al día principal de una fiesta, o en el mismo día, la desarticulan por completo), de consumo...

 

Romería de San Benito 2010. Autora: Sara González

Foto participante en nuestro I Concurso Fotográfico Francisco Rojas Fariña "Fachico". Las Fiestas Populares Canarias

 

Y si se asume que con estos eventos no se está defendiendo una cultura propia, porque se enmarca en los parámetros de la nueva sociedad estandarizada en este mundo global  y en completa evolución... pues simplemente se asume.

 

Por último, en cuanto a la supuesta religiosidad de las romerías-ofrendas, sólo cabe reflexionar para actuar o “dejar hacer dejar pasar”. Personalmente, desde aquí hemos reflexionado el porqué de tanta romería y de tanta ofrenda, a un santo o a una virgen, por miles de romeros que destinan dichas ofrendas a servicios asistenciales o a la propia Iglesia; por qué si se está hablando de fervor religioso... Más si el quinto mandamiento, ahora reconvertido, dice ayudar a la Iglesia en sus necesidades, con el que hay cumplir o no... cada uno con su conciencia. Y no acaba todo aquí, pues otra reflexión nos surge: ¿cuál sería el resultado de un estudio sociológico-científico que trate el grado participación de los romeros de una romería-ofrenda en las necesidades de la Iglesia, en el capítulo de la Declaración del Impuesto de la Renta a la Hacienda, frente a la opción de otros fines sociales? Podría ser un debate también, aunque ello queda, como decíamos, en cada conciencia, creyente o no creyente... Para eso estamos en una sociedad supuestamente democrática.

 

Recapitulamos; o mejor dicho, al grano: cabría plantearse, por parte de los responsables de estas festividades, una información histórica más veraz para su organización; si las romerías-ofrendas tienen o no, y en qué grado, lectura cristiana y, en consecuencia, hacia qué hay que orientarlas; si estas son o no botellones encubiertos, y qué habría que regular a tal efecto; cómo quedarían mejor organizadas; y, finalmente, qué representan realmente en esta sociedad que nos ha tocado vivir porque, si lográramos contextualizarlas en su exacta idiosincracia, sabríamos más de nosotros mismos. Sabemos que nuestros lectores tendrán diferencias con respecto a lo expuesto y que estos pueden tener otras lecturas de estos eventos festivos contemporáneos.

 

 

Foto de portada: Romería de San Isidro Labrador de 2009 en Artenara. Autor: José Claudio Quintana González, participante en nuestro I Concurso Fotográfico Francisco Rojas Fariña "Fachico". Las Fiestas Populares Canarias

 

 

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Comentarios
Domingo, 15 de Abril de 2012 a las 13:57 pm - Aridane

#01 Parto de la base de que las romerías, las devociones y advocaciones cristianas son una copia exacta de los fiestas paganas que fueron copiadas por los primeros dirigentes del cristianismo para atraer al pueblo. Hoy se ha convertido en un espectáculo, pero si se reflexiona bien, se trata de una especie de idolatría, disfrazada de fervor religioso. A muchos no les gustará lo que digo, pero analícenlo bien y al final me darán la razón. La gente tiene que creer en algo y se aferra a la "tradición" para seguir erre que erre. Ahora bien, tal vez sea una válvula de espace para salir de la rutina, para reejajarse, para pasarlo bien, y al mismo tiempo, si se tercia, recibir las bendiciones del Cielo, por haber sido tan buenos