Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Sobre nuestra malagueña: ¿elegía o responso?

Viernes, 30 de Julio de 2010
Félix Luján
Publicado en el número 324

En relación con una reciente tendencia en el canto de la malagueña, se denuncia el riesgo que esa tendencia supone para la conservación de valiosas características del que es quizás el aire popular isleño más apreciado.

 

Desde hace bastante tiempo los auténticos y responsables devotos de la malagueña canaria están cada vez más preocupados por la suerte de esta entrañable tonada. ¿Subsistirá sin menoscabo esencial? Ya se sabe que nada escapa a la fatalidad de la evolución, pero importa mucho no olvidar que en el caso de no pocos fenómenos culturales (y en otros casos) cada adelantamiento, para que sea positivo, es necesario que no implique distorsión de los rasgos sustanciales que determinan su singularidad. Ha de procurarse la mejoría en perfección, pero nunca motivar acaso la llegada prematura del acabamiento.

 

Todo esto viene a cuento de que en distintos medios no sólo audiovisuales se está prodigando demasiado una práctica de la ejecución del canto de la malagueña en la que se advierte alguna inquietante alteración negativa, tanto en lo que se refiere a la música en sí como al contenido de la letra de las coplas. Según el testimonio de mucha gente, el curso melódico está perdiendo cada vez más el repentino sesgo del final que hace tan atractivo al que es acaso el más subyugador de nuestros aires populares. Un sesgo repentino pero esperado en cada caso, y a pesar de ello siempre sorpresivo.

 

En cuanto a las letras, no deja de ser alarmante la maníaca tendencia a coplear valiéndose casi exclusivamente de cuartetas y quintillas de tema fúnebre (mayormente ni inspiradas ni de solera). Esta moda de mentar con insistencia orfandades y agonías, difuntos y sepulturas no parece que sea un síntoma saludable, aparte de que por lo general se acude a la temática luctuosa a sabiendas de que en esa temática se complace cierto público; tanto, que indefectiblemente paga el regalo con una explosión de frenéticos aplausos.

 

Hace unos años, un pequeño grupo de ciudadanos quiso hacer algo que de alguna forma remediara lo que interpretaban como una malaventura. Para ello se propusieron conectar con musicólogos y folkloristas a fin de que (en el caso de que no quisieran implicarse en el empeño) al menos suministraran los argumentos autorizados y las orientaciones eficaces que facilitaran el éxito apetecido. Pero no se pasó del propósito: no llegaron a hablar con expertos. Los quehaceres de unos y la obligada ausencia de otros dieron al traste con el proyecto, que así pasó al limbo de las intenciones quijotescas. Aunque algo sí pudieron hacer: cada uno de ellos se dedicó a componer una o más coplas de carácter crítico o añorante para apoyar por la vía sentimental la docta (y no efectuada) contribución de los entendidos. Esas coplas fueron leídas en un círculo de amigos sin que se precisara el respectivo autor, y ello, se dijo allí, como homenaje a la anonimia característica de la literatura folklórica.

 

Fruto de aquella dedicación juglaresca son las coplillas que siguen:

 

 

No quiero oír malagueñas,
cariño, que por desgracia
aquí la moda es cantarlas
siempre con letras macabras.

*

Malagueña, ya en tus coplas
más que un corazón penando
se siente cómo golpea
un pico que está cavando.

*

En tus coplas, malagueña,
no eres ya lo que eras tú.
Los cuatro versos se han vuelto
cuatro clavos de ataúd.

*

Malagueña, tú eras antes
una rosa de los vientos
que a todos nos recordaba
que no hay sólo un sentimiento.

*

Malagueña, malagueña,
las voces que ahora te cantan
ya no atinan con el quiebro
final que nos fascinaba.

*

Pepe Hierro, Pepe Hierro,
sabe Dios lo que dijeras
si oyeras cómo se canta
hogaño la malagueña.

 

 

 

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Comentarios
Sábado, 23 de Octubre de 2010 a las 21:13 pm - Emmanuel

#04 Señores, los cantos, y a la historia de la musica me refiero, tienen un origen en forma de causa, toda obra musical sin ecepcion tiene tras de si una historia que habeces no conocemos, asi como el Blue, el soul o el gospel, de la la musica negra, cantan cada una de ellas a una parte de sus vidas, ya sea espirituales o personales, lo mismo ocurre con los palos flamencos donde a nadie se le ocurre cantar una sevillana en semana santa donde solo cabe la saeta, y viceversa.

No cabe duda, como comenta el señor Bolaños, que Tarajano (del cual me alegro de conocerlo y tener todos sus libros) en su recopilacion de Canarias Canta, presenta una serie de coplas que son algo diferentes, pero no cabe duda que la malagueña es un canto de pena, o un canto de recuerdo o añoranza a lo perdido, incluso, y con el permiso del señor Bolaños, me permito decir que en la copla que menciona se ve el deseo o la añoranza de cambiar algo que fue o va mal, hay que ver siempre ese mensaje suubliminal que el coplero esconde en sus palabras.

NO debemos confundir estos cantos con la folia donde se le canta al dia dia, siempre con una espiritualidad un poco especial de esta manera me permito hacer la misma conparacion anterior, no cabe una malagueña donde se debe tocar una isa, ni un isa donde una folia.

Respecto a la parte musical que comenta el señor Félix Lujan, no termino de entenderla, espero que sepa que ni tan siquiera las obras de los clasicos que hoy escuchamos suenan ni de cerca como en su momento se crearon, es el gran problema de ese arte llamado musica, su problema de perpetuarlo no queda inmunizado a las interpretaciones que al paso del tiempo se va haciendo de aquello que quedo escrito, ya sea por la propia evolucion musical o por la evolucion instrumentistica, si decir que existiendo como existen grabaciones hoy día no veo tal problema, la musica debe seguir evolucionando como evoluciona nuestro pueblo, si no la creacion esta muerta, y con ella nuestro folklore, hay que cuidar lo que queda y intentar que no se pierda pero no debe de para la evolucion, como ejemplo tenemos a nuestros contemporaneos Benito Cabrera, Domingo el Colorao, Blas Sanchez, Falcon Sanabria o al desaparecido Jose Antonio Ramos, que constantemente componen y crean nuevas melodias que formaran en pocos años parte de nuestro argot cultural, al ejemplo del tema musical "Nube de Hielo" me remito para justificar mis palabras.

Como ejemplo le diria que le preguntara a Juanito Valeron, reconocido timplista, si penso ver alguna ver un timple como solista junto a una orquesta sinfonica, yo creo que ningun musico o folklorista lo hubiese creido hace 40 años, asi que esto es el curso natural, la malagueña junto a todo el folklore tienen que evolucionar, no caigamos en el error de pensar que folklore es lo que hay, hay que pensar que dentro de 100 años sera folklore aquello que se creo hoy junto a lo anterior.

De todas formas creo siceramente en unas palabras de un profesor de musica que tube hace algunos años que me dijo: "...que te gusta o no es cosa tuya, el que este bien hecho o mal, dejaselo a los del gremio...opinar de algo que no se hace por uno mismo es peligroso...", dejemos a nuestros artistas hacer, el tiempo y el pueblo los juzgara, y como no la historia se encargara de recompensar, por supuesto que ese artista puede ser incluso usted.

Un saludo y gracias por el espacio.

Lunes, 09 de Agosto de 2010 a las 20:22 pm - F. L.

#03 Excepcionalmente, pues se ausenta en un viaje prolongado, el autor de la nota se complace en hacerse eco de parte de los comentarios de los señores Reyes y Bolaños.

Cada actividad institucionalizada dispone de una terminología específica que no todo el mundo conoce. Los profanos en la materia a la fuerza tenemos que hacernos entender como podemos, muchas veces echando mano de alguna metáfora.

Incluso escuchando atentamente la "malagueña" que ahora parece estilarse, es fácil darse cuenta de que en el curso de la línea melódica, cuando está casi a punto de finalizar, se produce una especie de giro o sesgo que, aunque previsto, siempre cautiva con mayor o menor viveza al oyente sensitivo.

Cualquier versado en musicología atinará rápidamente con el término que da cuenta exacta del fenómeno al que yo me refiero.

Martes, 03 de Agosto de 2010 a las 14:00 pm - Pepe Bolaños

#02 También me refiero al comentario de D.Davis Reyes,estoy con el (que es el sesgo al que se refiere).De todas forma tambien estoy con el en lo de las coplas,las mayoria solo se refieren a muertes,que me parece bien que se les cante a los seres queridos,pero en Canaria,concretamente,en Gran Canaria,no se cultiva la copla como en otras islas,aqui se copia y mal.Las gente que les gusta cantar,tienen que leer mas,que tenemos buenos poetas y escritores con magnificas coplas y desires,con lo que documentarse,uno de ellos puede ser "SAULO TORON" en su libro "El Caracol Encantado" hay una muy bonita que dice" Si yo pudiera tener

el poder que tiene Dios

solo alumbraría el mundo

con la llama de tu amor

Preciosa copla de las muchas que hay en el libro,también esta D.Francisco Tarajano,con todas las publicaciones que tiene infinidades de coplas.En fin que si que las malagueñas se estan olvidando,por otras modas.También me sorprende lo de la reunión que se refiere y a la cual no tube conocimiento,no es que fuera a salvar al mundo,pero me hubiera gustado estar en ella. Seguiremos intentando que no se olviden las Malagueñas

Saludos a todos

Lunes, 02 de Agosto de 2010 a las 17:04 pm - David Díaz Reyes

#01 Al autor: ¿a qué sesgo se refiere usted exactamente cuando dice "el curso melódico está perdiendo cada vez más el repentino sesgo del final que hace tan atractivo al que es acaso el más subyugador de nuestros aires populares"? Por favor, precise. Gracias