Revista nº 1041
ISSN 1885-6039

Presentación de Tomás Felipe Camacho en Los Llanos de Aridane.

Miércoles, 19 de Noviembre de 2008
Redacción BienMeSabe
Publicado en el número 236

En los salones de la Real Sociedad Aridane de Los Llanos de Aridane tendrá lugar el próximo sábado día 22, a las 20:00 horas, la presentación en La Palma del libro Tomás Felipe Camacho. Un canario ilustrado del siglo XX, del que son autores la cubana Xiomara Brito de Armas, la abogada y Cronista Oficial de Los Llanos de Aridane Maria Victoria Hernández Pérez y el ingeniero de montes Isidoro Sánchez García. Publicación bajo el patrocinio del Gobierno de Canarias y la edición de Pinolere (Premio Canarias), con la colaboración de la Sociedad para la Promoción Cultural de Canarias en Europa y la Asociación Cultura Humboldt. En el mismo acto se presentará en Isla la Sociedad para la Promoción Cultural de Canarias en Europa a cargo de su vicepresidente Isidoro Sánchez García.


La apertura del acto estará a cargo de Juan Ramón Rodríguez Marín, Alcalde de Los Llanos de Aridane, continuarán las intervenciones de Isidoro Sánchez y María Victoria Hernández Pérez. En la segunda parte se proyectará un DVD sobre la vida de Tomás Felipe Camacho en imágenes y música y, por último, actuará el grupo musical de Lanzarote Guenia.

En 1905 el palmero Tomás Felipe Camacho (1886-1961) emigró a Cuba. Aquí se propuso abrirse camino como escritor y poeta sin conseguirlo. Se estableció como empresario azucarero al mismo tiempo que estudió Derecho. Se convirtió en un afamado e influyente abogado en esos años. Movido por su amor a las plantas y en homenaje a su hija Pilila, fallecida muy joven, construyó un Jardín Botánico de Orquídeas en Soroa, en el municipio cubano de Candelaria, con una extensión de más de 35.000 m2. Hoy el Jardín de Soroa del palmero Tomás Felipe Camacho se encuentra abierto al público y es uno de los espacios más conocidos en la botánica mundial. Fue amigo personal de la escritora cubana Dulce María Loynaz, Premio Cervantes 1992.

Siempre pendiente de su patria chica, regresó de viaje en 1955 (coincidiendo con las Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen de La Palma), donde fue recibido con muestras gratitud por su generosidad con su tierra natal. Por sus méritos se le concede, entre otros galardones, la Encomienda del Número de la Real Orden Americana de Isabel la Católica. Retorna a Cuba y en 1961 regresa de nuevo a Canarias, muriendo en Santa Cruz de Tenerife en dicho año.


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