Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Medicina popular en la Fiesta de San Juan (II)

Martes, 17 de Junio de 2008
Carlos García García
Publicado en el número 214

Continuamos explorando la relación de la medicina popular con la fiesta pagana por excelencia en nuestra cultura, la Fiesta de San Juan, desarrollada como saben durante la noche más corta del año.

 

El Mal de Ojo.

Es una de las enfermedades o males más extendidos en la creencia popular por lo que puede considerarse como una dolencia cultural. Consiste en los efectos perniciosos que sufren las personas o los animales, incluso las plantas, bajo la acción de la primera mirada de algunas personas.

 

El mal de ojo, malecho o quebranto, lo padecen las criaturas a las que se les nota por llorar sin tener causa, les da fiebre y sufren fuertes dolores en los huesos. Otras veces los enfermos aparecen como amodorrados, indiferentes, con malestar general y desgana, sin apetito. Esta creencia está muy extendida y la influencia maléfica de la mirada de algunas personas es antigua y conocida como tener fuerza en la vista, teniendo su practica de modo universal en muchas culturas y pueblos.

 

Normalmente el tratamiento único para este mal consiste en el santiguado, del que no vamos a entrar a definir, y de los que diremos que son también comunes a todos los grupos humanos primitivos. Las invocaciones, ya sean en forma de rezados o de cánticos, se utilizan en todas estas actividades mágicas o espirituales. En ellos se repiten algunas estrofas o palabras por dos o tres veces, e incluso en ocasiones muchas más, hasta doce. Con cada repetición se acrecienta la energía de aquel que se nombra. Y de igual importancia es la profilaxis, la prevención del mismo, para el que existen fórmulas diferentes consistentes en amuletos, la higa, o en dichos y fórmulas recitadas para preservar del mal.

 

Para el tratamiento medicinal del mal de ojo el hipericón ha sido utilizado en diferentes latitudes, aunque aquí en Canarias no se ha podido encontrar su utilización, siendo como dije antes el santiguado, el único remedio a usar.

 

En Alemania, Francia, Portugal, e incluso en Escocia o en la isla de Man, y llegando a la república de Lituania, la superstición otorga poder al hipericón para el tratamiento del que padezca el mal de ojo. En Galicia, para el tratamiento de los niños aojados, se emplean nueve ramas de trubiscón y yerbas de San Juan, pasando a la criatura por encima del humo producido al quemarlas en unas brasas.

 

Es casi seguro que la acepción de mal, ”ataque histérico, accidente repentino” (no “enfermedad o dolencia” como explica el Diccionario de la Lengua), no es propia sólo de las Canarias y de la Península.

 

Si consideramos que el hipericón se usaba contra tantos males y como antihistérico, poderoso emenagogo, reconstituyente para los nervios debilitados y contra el mal de ojo, Max Steffen supone que las denominaciones de la planta entre nosotros como malforada o maljurada, puede que provenga de esta virtud medicinal contra tanto mal, cambio fonético que se produce en Portugal y pasa posteriormente a Canarias.

 

El maleficio y otros usos.

También existe entre los habitantes canarios la denominación de leña de brujas para identificar a la maljurada. Esta denominación tiene que aludir al efecto antidemoniaco de la planta, y nos dice Régulo Pérez, que “el hipericón es lo único con que arden las brujas”.

 

Estos maleficios eran provocados por los hechiceros o las brujas, personas de las que se cree tienen un poder sobrenatural o mágico, probablemente conseguido por un pacto con el diablo. Una de las costumbres más extendidas está la de guardar o colgar de las paredes o puertas y ventanas, ramos o manojos de hierbas de San Juan para librar a sus moradores de los maleficios de las brujas.

 

Por tanto, el nombre de estas plantas están relacionadas por estar comprendidas en las prácticas de la noche de San Juan; la mayor abundancia de una en una región, o la simple referencia por ella han podido determinar que allí tome el nombre del santo por una especie de antonomasia (Dámaso Alonso). En la provincia de Lugo es general la práctica de colgar ramos y flores de saúco en ventanas y puertas la noche de San Juan, contra maleficios de bruxas y meigas... El nombre de hierba de los hechiceros también se le da a la verbena, con la que se confeccionan filtros.

 

Y la de hierba de cruces a la maljurada puede que tenga relación con el uso de la planta en medicina casera, al colocarla en forma de cruz sobre los nacidos (forúnculos), o que haga con el vegetal la señal de la cruz sobre el cuerpo o parte dolorida del enfermo.

 

Otro uso de la mejorana o maljurada es en contra de las enfermedades del riñón, y también buena para acabar con las lombrices, o poner una hoja verde para curar los nacidos. Además se tuesta y se muele y el polvo se da con vino para quitar los cólicos propios de las mujeres.

 

Otros empleos medicinales para la mejorana son, por ejemplo, contra la mala digestión por su efecto de ayuda al estómago. O contra las cefaleas, contra las parálisis y para evacuar las mucosidades. E incluso hace bailar a la mujer desnuda. Y el corazoncillo, además de para lo dicho, es de efecto resolutivo, diurético, vermífugo y para los bronquios y orina. La verbena reduce la fiebre y depura la sangre y sirve contra los males hepáticos y de riñones y bazo, e incluso contra la alferesía de los niños. La hierba sanjuanera sirve para aumentar la potencia sexual.

 

Dichos populares.

En la zona de La Palma se suele emplear el nombre de la planta en forma de maldición:
 

Permítalo Dios
que te dé un mal
que no lo curen con la flor
de la almajorana.
 

 

El romancero de la isla de la Gomera, recoge un pie de romance con este nombre: Llora que se va mañana del jardín la mejorana.

 

Lo mismo ocurre con los responderes de la isla palmera: No plantes la almejorana en el monte que no grana. O el que dice: Flure bien pero no grana la flor de la mejorana. Y por último: Al pie de la malfurada sale el helecho a manadas.

 

También es frecuente emplear versos rimados contra las enfermedades, y quiero recordar algunos que hacen referencia a estas plantas medicinales, y que fueron recogidos por Pérez Vidal en Garafía:


San Bartolomé me dijo
que me acostara en mi cama,
y que no tuviera miedo
a la pesadilla mala;
tiene la mano jurada
josico de longanisa
con que escarba la senisa
al pie de la malforada.

 

De igual modo la recogida en la zona del Ravelo en el Sauzal por Luís Diego Cuscoy:

 

San Bartolomé me dijo
que durmiera descansada
que no le tuviera miedo
a la pesadilla mala
con su pata de gallina
y su manilla jurada
con que escarba la senisa
al pie de l’almajurada.

 

Las brujas invocan el nombre del Perro Grande persignándose todas las mañanas con la mano izquierda, y diciendo:

 

Por la gereñal
de la jacanal
de la branca luz
de la mejorana
sin amén, Jesús.

 

Termino aquí este repaso a las supervivencias mantenidas dentro de la cultura popular y el folklore canario en torno a la aplicación de plantas medicinales en dolencias y enfermedades que están íntimamente relacionadas con la fiesta de San Juan. Tradiciones y supersticiones que el pueblo se resiste a desprenderlas y olvidarlas. Leyendas, romances, rezados y un sin fin de material cultural y popular que enriquece en enorme proporción nuestra historia, nuestras señas de identidad, nuestra propia vida.

 

Bibliografía

1) BETHENCOURT ALFONSO, Juan: Costumbres populares canarias de nacimiento, matrimonio y muerte. Aula de Cultura de Tenerife.1985.

2) GARCIA BARBUZANO, Domingo: La brujería en Canarias. CCPC, 1982.

3) STEFFEN, Max: Lexicología canaria. Rev. Hist. Canaria. 82-83-84. La Laguna, 1948.

4) PÉREZ VIDAL, Juan: La fiesta de Juan en Canarias. Inst. Est. Can. 1945.

5) ÍDEM: Estudios de etnografía y folklore canarios. Aula Cultura Tenerife. 1985.

6) TERRERA, Guillermo: Medicina Popular. Ed. Kier. Buenos Aires. 1989.

 

 

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