Revista nº 1037
ISSN 1885-6039

Idas y venidas de la décima espinela: La Gomera, Cuba, Zambia... (II)

Martes, 29 de Enero de 2008
Francisco Javier Viamontes Correa
Publicado en el número 194

Y llega la segunda entrega de la amplia colección de décimas firmadas por el poeta Francisco Javier Viamontes Correa, a través de las cuales explora con gran maestría los múltiples vínculos entre Cuba y Canarias.


 
 Canarias, cuando te llamo
Me llegas en un suspiro,
Miro alrededor y admiro
Tu vigencia en mi reclamo.
Tierra lejana que amo
Como a mi Cuba querida,
La nostalgia es una herida
Abierta en la lejanía…
Por su estoica geografía
Cuba a Canarias unida.

De tus valores un día
Mi digna abuela me habló,
Sus recuerdos me contó
Y yo escucho todavía.
Con esa humilde osadía
Canarias está en mi ser,
Y en el diario acontecer
Al acercarme a su orilla,
Mi barco afila su quilla
Para el oleaje vencer.

Cada risco, breña o roca,
Árbol, fruta, flor o drago
En mi verso es un halago
Cuando invocarte me toca.
Mi imaginación es poca
Para tu cumbre alcanzar,
Yo me limito a cantar
Tu opulenta geografía
Como una humilde folia
A los vaivenes del mar.

Canarias, tu secular
Historia es cetro de honor
Desde los tiempos en flor
En tu ardiente batallar.
Colón logró reparar
Sus naves en tu bahía,
Desde aquel lejano día
Que al destino desafió
Y por siempre nos lego
El mundo de su osadía.

 De tu isleña geografía
La América se nutrió
Y cada isleño nos dio
Un poco de su valía.
Hoy son parte y armonía
De nuestro común empeño
Para realizar el sueño
Inherente al nuevo ser,
Ejemplo del buen saber
Peculiar del ser isleño.

De las playas y los montes,
Por los pueblos y ciudades,
Sin egos ni vanidades…
Son varios tus horizontes.
Cual singulares bisontes
Sus lomos se alzan al cielo,
Con ese estelar desvelo
De cósmica geografía,
Canarias canta y porfía
Para cumplir ese anhelo.

Los aromas y sabores
De tu peculiar cocina,
De mar, de miel y resina
Me viene de los pastores.
Tus heroicos pobladores
Naturales y gigantes,
Desde los guanches de antes
Hasta los hombres de hoy,
Mis reverencias les doy
Sin artilugios ni guantes.

Islas de cósmico alcance
Y de estelar compostura,
De magnífica estatura
Entre dos mundos balance.
Histórico y largo trance
Desde el ayer al futuro,
Isleño fruto maduro
Entre cavernas y rocas,
Paisaje que el alma tocas
Con aliento de sol puro.


 Fósiles de piedra y fuego
Sobre las olas del mar,
Abiertas de par en par
Para la dicha y el ruego.
Nunca te digo hasta luego
En mi perenne saludo,
Cuando a tu regazo acudo
Fuerte late el corazón,
Al compás de la canción
Volcánica de tu escudo.

Islas de sal y misterio,
De canto, miel y leyenda;
Naturales, sin prebenda,
Lo digo en broma y en serio.
Perlas de nuestro hemisferio
De curiosa singladura,
Marinera compostura
Te dan aliento y sabor,
Desde babor a estribor
Alzan su voz a la altura.

Del Sinsonte al Tocororo,
Del Tomeguín al Canario
Va el mensaje solidario
Hasta la tierra que adoro.
De mi cedro al sicomoro
Al vaivén de la palmera,
Canarias, si yo pudiera
En mi décima abrazarte
Y desde Cuba cantarte,
No sabes cuánto quisiera!

Agreste, altiva y valiente
Canarias me da su mano
Y yo como buen cubano
La saludo reverente…
Islas bajo el sol ardiente
De prodigiosa estatura,
Hermanas en la cultura,
La honestidad y el decoro,
En isleña copa de oro
Se forja el alma futura.

 Venga el queso majorero
Y el buen vino de La Palma,
Para beberlo en la calma
De mi aposento Gomero.
Queso de cabra el primero
Hasta los predios divinos,
Por diferentes caminos
Se degusta este manjar
Del canario paladar
Y las manos con buen tino.

Desde Canarias al cielo
Es muy corta la distancia,
Que a mí llega la fragancia
De las flores de su pelo.
Canarias es un anhelo
De roca y paisaje airado,
De fuego y de mar bañado
A los vaivenes del viento,
Con la fuerza y el contento
De un laborioso pasado.

Nos une el verso y la rima,
La nostalgia y la distancia
Y para mayor prestancia,
Nos vemos desde la cima.
La controversia se anima
Entre los buenos isleños,
De orilla a orilla los sueños
Van y vienen sobre el mar,
Cual recurrente cantar
De pasiones y de empeños.

El Atlántico nos une
Y las olas nos separan,
Unas a otras se amparan
Donde el verso nos acune.
En su retablo impecune
Cuba y Canarias se dan
Las manos en el diván,
En las rocas y las vegas,
Son hermanas y colegas
Por los caminos que van.




 Yo vengo de la Espinela,
De la décima y el verso,
Al compás del universo
Con el machete y la espuela.
De versadores la escuela
He intentado conocer,
Para acercarme al saber
Por el impoluto atajo
De la poesía y en un gajo
De rimas cuelgo mi ser.

Las idas y las venidas
De la Espinela yo creo,
Cual el gato de Morfeo
Tiene más de siete vidas.
Por las orillas floridas
De la décima se esconde,
Y salta siempre allí donde
La canturía y la verbena,
Mi rima se desmelena
Y el hondo canto responde.

Mis abuelos en su tumba
De vez en cuando me llaman
Y una décima reclaman
Que en mis oídos retumba.
A los isleños le zumba
La chácara y la ocurrencia,
Y con toda reverencia
Aquí quiero complacerlos
Para contentos tenerlos
Con la mayor elocuencia.

Cabras, ovejas, cochinos,
Chácaras, tambores, palos,
Los isleños no son malos,
Los malos son los vecinos.
Me quedo con los genuinos
Y clamorosos isleños,
Los forjadores de sueños
Contra el viento y la marea,
Dueños del sol y la tea,
Y de su destino dueños.

 La décima es un placer,
La espinela una delicia,
Desde Cuba hasta Galicia,
Canarias, vamos a ver.
Desde su lejano ayer
Su rima nos acompaña,
Con raíces en España
Y su voz en todas partes,
Es arte de nuestras artes
Como el dulzor de la caña.

A los isleños que un día
Toda su ética me dieron,
A los que ya se me fueron
Y los que sueñan todavía.
Perdonen la bonhomía
Y el poco caudal que tengo,
Pero en mis fueros mantengo
La décima como herencia
Y tranquila la conciencia
Desde el origen que vengo.

Vuelvo en décimas al seno
De mis ancestros lejanos,
Para tocar con las manos
Su corazón sano y bueno.
De sus recuerdos me lleno
Y el alma reboza henchida,
Ellos me dieron la vida,
Valores, saber, sustancia
Y aquí toda mi elegancia
Isleña está redimida…

Venga la décima buena
A alegrar la canturía
Que cuando termina el día
La guitarra mejor suena.
La luz de la luna llena
Le da su aliento y vigor,
Si cada nuevo cantor
Quiere llegar a la cima,
Y a combatir se aproxima
La controversia es mejor.


 De la décima soy hijo
Y nieto de la espinela,
Que vino en barco de vela
Según mi abuela me dijo.
Del verso y del mar prolijo
Se nutre la inspiración
Y en cada nueva ocasión
Cuando la décima salta,
Su vigencia sigue alta
Y llega a cualquier rincón.

Siento el rumor de la piedra
Y del musgo los olores,
Del mar vienen los sabores
Isleños como la hiedra.
La tempestad no me arredra,
Ni temo a las cabañuelas,
Para ijares las espuelas
Que mi corcel de futuro
Aun le sigue dando duro
Al verso y las Espinelas.

Cuando en la noche de luna
La décima me convoca,
Mi guitarra sola toca
Sin estridencia ninguna.
Desde su lejana cuna
Viene su genial portento,
Las notas rasgan el viento
Y alegran el corazón,
Cual melodiosa canción
De nostalgia y sentimiento.

Desde mi lejana infancia
La décima me acompaña,
Lírica herencia de España
Y aplatanada fragancia.
Con su fértil resonancia
Y palmaria compostura,
La décima coge altura
De los valles a las lomas
Y con sus ricos aromas
Flamea en nuestra cultura.

 Entre isleños anda el canto
Me dijo mi abuelo Antonio,
Dicen que son un demonio,
Pero les sobra el encanto.
Todos tenemos un tanto
De las islas en la piel,
Y en el corazón de miel
Que nos endulza y antoja,
Somos el fruto y la hoja
Del olivo y del laurel.

Cuando me miro en el mar
Como si un espejo fuera,
Veo mi digna guayabera
Reflejada en el palmar.
Ella me invita a cantar
Las folias y los sones,
Viejas y nuevas canciones
Al compás del auditorio,
Es muy corto el repertorio
Pero me sobran razones.

La guayabera de ayer
Del veterano apreciada,
Su cubanía consagrada
Nunca se debe perder.
La décima es el querer
Con el sombrero de guano,
Valores de lo cubano
Como el guateque y el son,
Que venga un trago de ron
Con el machete en la mano.

A la sombra de una palma,
Con la guitarra en la mano,
Quien no se siente cubano
En el cuerpo y en el alma.
De la campiña la calma
Y de las aves el trino,
A lo lejos va el camino
Que en la colina se pierde,
En el azul y en el verde
Esmeralda del destino.




 El misterio de la luna,
La yagruma y la poesía
Me laceran cada día
Mi circunstancia montuna.
Busco para cada una
La sublime explicación,
Luz, sombra y ceniza son
En los espacios del arte
Y son conjunción y parte
Del alma y del corazón.

Gomera de roca y fuego,
De pinares y arrecife,
Hermana de Tenerife,
Quiero visitarte luego.
Por tu bienestar yo ruego
Y brindo por tus encantos,
Ante lamentos y llantos
Por cada hijo perdido,
A tus predios he venido
Para ofrendarte mis cantos.

El fuego de La Gomera
Aquel lamentable día,
Se recuerda todavía
Como si ahora ocurriera.
Y al recordarlo quisiera
Honrar los veinte valientes,
Que en tus laderas ardientes
A las llamas se enfrentaron
Y con sus vidas pagaron
Sus compromisos vivientes.

Siete islas en el viento,
Siete islas en el mar,
Y Cuba de par en par
En el Caribe que siento.
Isleño ciento por ciento
Con raíces de otros lares,
De profundos avatares
Vienen el verbo y el verso
Y yo empino al universo
Mis solidarios cantares.

 Lo que el mar trae a la orilla
Desde muy lejos nos viene,
Pero nunca se detiene
Ante tormentas o quilla.
De las olas maravilla
Su constante navegar,
Que desde el fondo del mar
Traen mitos y creencias,
Resinas de hondas esencias
Que en tierra suelen anclar.

Misterios, semillas, voces
Del tiempo vienen y van,
Del Bíblico pez al pan,
Efímeros y veloces…
De corceles son las coces
Cual los golpes de la vida,
Hay que ganar la partida
Al mar, al viento, al destino
Para cruzar el camino
En la última embestida.

Mi canto es un viejo canto
De dura madera armado,
Y hasta mi orilla ha llegado
Desde la pena y el llanto.
Frente al dolor y el espanto
Alegró la noche umbría,
Fue voz de la canturía
En la infancia desvelada,
Y ahora es una tonada
En la controversia mía.

De la profunda humedad,
De las costas y los ríos,
De valles y lomeríos
Viene nuestra vastedad.
La prudencia y humildad,
El coraje, la impaciencia,
El ímpetu, la vehemencia,
Valor, dignidad, decoro
Y vengan los huevos de oro
Como muestra de amistad.


 Tres continentes en uno
Forman nuestra geografía,
Hijos de antigua porfía
Sin miramiento ninguno.
De un error inoportuno,
Conquista y ocupación,
Tea y fuego al corazón
De la ignominia y la pena,
Que del alma de la quena
Resurge nuestra razón.

Del Atlántico sonoro
Me llega la voz lejana,
Desde el ayer al mañana
En una botija de oro.
El mar temido que adoro
Es testigo excepcional
Del cruce fundacional
Entre diversas culturas,
Fragua de vida y honduras
De la calma al temporal.

Cuando yo intento apresar
La esencia de la poesía,
La noche se me hace día
Y el día cambia de lugar.
La décima es un palmar,
Los versos, lirios de fuego,
Y cuando pretendo luego
Que la musa me acompañe,
Me dice que ella no tañe
Las campanas con talego.

Sobre la arena Canaria
De tiempos inmemoriales,
Por veredas y andurriales
La Lucha tiene su aria.
Y para constancia varia
Tengo el Salto del Pastor,
Juego del Palo y sudor
Con el Garrote y la Vara,
Un isleño no se para
Hasta vencer al mejor.

 La distancia nos aleja
Y la nostalgia entristece
Y el corazón me parece
La maquina más compleja.
Cuando un isleño corteja
Quiere saber enseguida,
Si la muchacha escogida
Sus requiebros favorece,
Mientras el músculo crece
Más allá de su medida.

Allí donde la montaña
Con su voz de fuego canta,
Hasta muy alto levanta
A Canarias de su entraña.
De fuego y humo se empaña
El horizonte y el cielo,
Como si de un viejo anhelo
El retumbar se escuchara,
Y hasta nosotros llegara
La ira del dios Desvelo.

De amapolas y aceitunas
Y la frescura del monte,
Se retira el horizonte
Tras los riscos y las dunas.
Las sombras unas a unas
Van cayendo alrededor,
Y los ecos del tambor
Lejano rompe la noche,
Mientras Morfeo en su coche
Nos ofrece su candor.

Nuestras islas marineras
Van y vienen sobre el mar
En constante navegar
Hasta lejanas riberas.
Generosas y sinceras
Con el velamen al viento,
Tus obras son el recuento
Clamoroso del pasado,
Hasta el presente forjado
Con sudor y sentimiento.


 De las nubes se alimenta
Nuestro Garoe milenario
Y calma la sed a diario
Al que su favor frecuenta.
Vida y bondad representa
En su agreste geografía,
Al compartir su alegría
Con otros seres vivientes,
Tan fervorosos y ardientes
Hijos de la tierra mía.

Del Tocororo al Canario
Y el viento sobre la mar,
Vaya el alegre cantar
De un isleño solidario.
Al injusto bloqueo diario
La respuesta es el Coraje,
Alma de nuestro paisaje
De verde olivo el calibre,
Y que Viva Cuba Libre
Para cerrar el mensaje.


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Comentarios
Jueves, 18 de Julio de 2013 a las 19:00 pm - Toshiro Nomura

#01 Sólo soy un principiante

Que no pretende la gloria

Sólo aprender del Maestro

Alumno ser, y me presto

Que me enseñe usted la forma

Para narrar bien el texto

Aprendiendo bien la norma

Por eso le leo todo

Lo que escribe en sus poemas

Ami me explotan las venas

Que tengo llenas de lodo

Por no poderme expresar

Mis carnes se quedan frías

Como usted lo hace al narrar

Con tanta ..........sabiduría