La Asociación de mayor antigüedad (comienzos de los años 80) es la de Arucas. Sus miembros tratan de recuperar los restos de sus familiares, asesinados y arrojados a los pozos del lugar por algunos de sus propios vecinos, fieles guardianes del régimen franquista, en los inicios de la posguerra. Esta Asociación hace sólo unos días ha logrado la licencia del Ayuntamiento para comenzar la búsqueda en el interior de los pozos. Su actividad es incesante: programas de radio; exposiciones fotográficas; organización anual de Jornadas sobre la Memoria Histórica; participación permanente en foros de ámbito estatal y canario a fin de aunar fuerzas en la consecución de sus objetivos, etc.

Por lo que respecta a la Asociación de La Palma, la búsqueda y el hallazgo en el municipio palmero de Fuencaliente, gracias a un informante del barrio colindante de Montes de Luna, de los restos de varios cadáveres probablemente del denominado grupo Los trece de Fuencaliente, asesinados de un tiro en la cabeza por las brigadas del amanecer, abrió enormes esperanzas para muchas familias que aún ignoran el paradero de algunos de sus miembros, desaparecidos en aquellas fechas posteriores al alzamiento militar.

Mercedes Pérez Schartz, presidenta de la Asociación constituida más recientemente, es nieta del último alcalde democrático, republicano de Santa Cruz de Tenerife: José Carlos Schwartz, que fue desaparecido en la fosa de Las Cañadas del Teide, después de ser detenido el mismo 18 de julio de 1936 y conducido al Castillo de Paso Alto, destino de concentración de muchos otros presos políticos. Sin acusación alguna. "Mi abuelo era abogado. El haber sido alcalde republicano, gobernador civil y abogado defensor de los juicios de Hermigua, en los que varios vecinos habían sido acusados de haber matado a dos guardias civiles, fueron marcas suficientes para quedar señalado". Después de incontables humillaciones, incluido el saqueo de su casa familiar, el 2 de octubre de 1936 desaparece.

Según el experto Alfredo Mederos, tan solo en Tenerife hubo 68 fusilamientos tras consejo de guerra (documentados entre 1936 y 1940), pero quedan por descubrir los ejecutados al margen de los cauces oficiales. El cementerio de San Juan, en La Laguna sirvió de fosa común junto con la de Las Cañadas. Muchos fueron arrojados al mar, por la zona de San Andrés, introducidos en un saco, con una piedra que facilitaba su hundimiento.

Las víctimas eran anarquistas, socialistas y comunistas, republicanos y masones que sufrieron muerte y cárcel, torturas y represalias... muchos de esos trabajadores estaban afiliados a sindicatos, como la CNT que había adquirido un auge muy importante en la capital tinerfeña, y la UGT, con más peso en el norte de Tenerife.