Revista nº 1040
ISSN 1885-6039

Don Otilio Hernández Navarro.

Jueves, 23 de Agosto de 2007
María Dolores García Martín
Publicado en el número 171

En los momentos más dolorosos en la vida de las personas, como es la muerte de un ser querido, don Otilio ha sido el sepulturero y encargado del cuidado del cementerio desde hace más de cuarenta años. Sin embargo, lo más significativo de su vida ha sido su labor como cantero, siendo considerado como un «Gran Maestro», portador de cuantiosos conocimientos, producto de una dilatada experiencia en una labor tan dura como compleja.



Para el pueblo de Buenavista y para todas aquellas personas que lo han conocido a lo largo de su andadura, don Otilio, nacido en el Callejón de los Morales hace 82 años, representa un personaje entrañable, querido y respetado, siempre presente en los trabajos más duros que se han realizado en el municipio, entre los que destaca el de la piedra, relacionado con muros, balaustradas... En los momentos más dolorosos en la vida de las personas, como es la muerte de un ser querido, don Otilio ha sido el sepulturero y encargado del cuidado del cementerio desde hace más de cuarenta años: conocía a todos los que enterré, a muchos amigos (...). Llegué a enterrar a un hermano y a mi madre. Sin embargo, lo más significativo de su vida ha sido su labor como cantero, siendo considerado como un «Gran Maestro», portador de cuantiosos conocimientos, producto de una dilatada experiencia en una labor tan dura como compleja.




Montaña de Taco en Buenavista del Norte.


 

Actualmente, las máquinas facilitan el trabajo en la cantera y en el moldeado de la piedra; sin embargo, don Otilio, quien faenó de forma artesanal prácticamente a lo largo de su vida, conoce todos los secretos que guardan las piedras.


El trabajo en la Montaña de Taco (Buenavista del Norte).

A la Montaña íbamos y veníamos caminando; si llovía, nos echábamos un saco a la cabeza porque el plástico no existía.

Es la gran montaña que se encuentra en la entrada del pueblo. Tratándose de un volcán conoció diferentes manifestaciones eruptivas tanto submarinas como aéreas; por tal motivo materiales resultantes presentan diferentes tipos de roca; los primeros, en los que entró el agua de mar en el conducto eruptivo, fueron muy fragmentados y consolidados en el enfriamiento, lo que dio lugar a las ignimbritas que don Otilio, y muchos canteros reconocen con el nombre de “tosca” que están presentes en una amplia área del pueblo, pero, sobre todo, en el propio cono volcánico. Una vez que el cuerpo eruptivo se independizó del agua, la emisión de materiales cambió y emitió una densa corriente de lava que se dirigió hacia la costa norte, cubriendo una amplia zona de colada basáltica con características apropiadas para terminados trabajos de cantería.

La diversidad de materiales que presenta una actividad volcánica de esta naturaleza, hace que los canteros se encuentren en su trabajo con alguna que otra sorpresa, en relación con la continuidad del material, de ahí la frase que le escuchamos a don Otilio: «La montaña tenía muchos misterios».




Antigua pedrera con roca de cantería.


Antigua cantera de tosca en La Montaña.


Pared de piedra y muro de tosca de La Montaña.


 

El trabajo en La Montaña estaba referido sólo a la tosca y el de cantería se localizaba en La Pedrera, es decir, en el espacio cubierto por la corriente de lava. Además, llegó a trabajar con materiales de diferentes lugares de Buenavista: la mejor piedra es la de cantería (...), también trabajé la piedra molinera cerca de la orilla del mar, en Roque Pajero, El Hornillo, Puerto del Buen Jesús...

Se inició en el trabajo de La Montaña con su padre y hermanos: trabajábamos en familias; además de la nuestra estaba la de José Matías; esos también llevaban a las hembras, pa sacar escombros; la de los carrizaleros y nosotros no las llevábamos (...). Cuando comenzó tenía unos ocho o nueve años; su aportación laboral consistía en transportar escombros con una pequeña carretilla de madera que le hizo un carpintero del pueblo: yo no podía ni darle la vuelta a un tolmo y don Saturnino me hizo una carretilla, toda de madera; hasta el eje era de granadillo; había que darle con grasa líquida, hasta las ruedas anchas pa que no se enterrara (...), cabía una cesta de tierra (...). Era una época muy difícil, sobre todo para las familias pobres, niños que se veían obligados a trabajar para contribuir a la economía familiar: los mayores decían: el trabajo del chico hace poco, pero el que lo desprecie es loco.

De La Montaña se extraían los tomos y los tabiques o cantos de tosca; los primeros eran de unos 40 ó 50 centímetros de grosor y estaban destinados a la construcción de viviendas o a los muros que servían de cortaviento en las fincas de plátanos; los tabiques podían tener un grosor en torno a 20 centímetros: eran pa dividir en el interior de las casas.

Don Otilio establece una clara diferencia entre paredes y muros, nos aclara que las paredes son de piedra y tenían la misión de contener la tierra en las huertas; los muros, son de tosca y las protege del viento.

Las familias que trabajaban en La Montaña debían pagar un porcentaje de lo extraído -al que llamaban «un censo»- a los dueños de las canteras: en La Pedrera no, eso era de la iglesia.


Trabajo y herramientas.

La jornada la empezaban a primeras horas de la mañana: amaneciendo el día hasta por la tarde, cuando ya no había luz del día (...) era todos los días menos cuando había viento del sur porque hacía remolinos y se metía el polvillo en los ojos. Para extraer los colmos comenzaban midiendo los 40 ó 50 centímetros de cada uno de ellos; una vez marcados: hacíamos una tajea delgadita, le dábamos fondo y luego le poníamos las cuñas, eran de madera, de almácigo o adernero, y le dábamos con un mazo de madera que lo llamábamos un mayo (...). Una de las labores más delicadas en el trabajo artesanal de la piedra eran los golpes proporcionados a las cuñas; éstos debían tener todos la misma intensidad para evitar roturas y pérdida del material. Una vez extraído el bloque, se procedía al modelado: se marcaba con un gramil y luego la trabajábamos con una escoda, así hasta obtener el tolmo o tabique deseado.

El material de buena calidad se localizaba en lugares muy concretos de La Montaña; para encontrarlo solían guiarse por las huellas de los canteros anteriores a su generación: se trabajó de muy viejo, porque víamos los goritos que dejaron y se decía que los viejos tenían buena nariz porque encontrábamos material bueno, se guiaba uno por esos goritos y así íbamos a lo seguro.

La herramienta utilizada la guardaban en cuevas de zahorra, también nos metíamos dentro cuando llovían.

La forma de trabajar en La Pedrera y las herramientas empleadas variaban debido a la gran diferencia del material. Para extraer los bloques debían usar pólvora que normalmente la hacían ellos mismos:la dinamita no existía, pero nosotros hacíamos la pólvora mezclando nitro de Chile, carbón del monte y azufre; se ponía a calentar al sol y eso todo lo molíamos bien en un mortero de piedra con el mazo de madera (...). Por último, la molíamos en piedras de molino de mano y con eso rellenábamos los huecos que hacíamos con un taladro; poníamos la pólvora bien apretada y después un taco de madera, tronquitos (...), más madera que pólvora pa que explotara porque si la dejas suelta se da fuego pero no explota; después le poníamos la mecha (...), anterior no habían mechas y mi padre la llegó a hacer rellenando los palitos huecos de las gamonas (...)».




Escodas.


Bujardas y pico.


Granado de bujarda grande.


Cinceles.


Quesera decorativa realizada en piedra y alisando los bordes con una pequeña lima.



En el trabajo de la piedra se diferencian especialidades, personas que se dedican a una u otra actividad, desde extraerla, darle forma, hacer los remates finales, etc. Don Otilio y su familia hacían de todo: nosotros mismos éramos todo, desde cabuquero a labrante. De esta forma nos aclaró cada uno de los diferentes cometidos:

Cabuquero: es la persona que realiza el hueco en la piedra para disponer la pólvora que la hará estallar: hay que saber hacerlo, no se puede perforar en cualquier sitio...

Barrenero: el encargado de colocar y hacer estallar el explosivo: lo que hoy se llama un dinamitero.

Picapedrero: es quien se encarga de marcar la piedra: son las marcas por donde se tienen que poner las cuñas pa abrirlas.

Cantero: es la persona que se encarga de darle la forma final a la piedra antes de labrarla.

Labrante: Realiza los ajustes, adornos... En definitiva, un trabajo de precisión y de arte.


Las herramientas más utilizadas en el laboreo de las piedras son las siguientes:

Escoda: Especie de doble hacha con dos extremos planos, utilizada para rebajar, alisar... manualmente la piedra.

Pico: herramienta con los extremos más estrechos que la escoda, dispuestos de manera opuesta, es decir, uno vertical y el otro horizontal; es utilizado para hacer canales, borde y fondos.

Bujarda: mazo de hierro con los extremos tribuidos en pequeñas puntas: hay bujardas de muchos tamaños, con el granado grande pa rebajar la piedra; un poco ovalada pa según los sitios de la piedra...

Cinceles: pequeñas barras de hierro de las que existe una gran variedad, tanto en el material como en formas y tamaños. Los de mayor precisión estaban dotados de una punta de diamante dada la dureza que presenta este mineral. Muchos de ellos estaban destinados a la rotura de la piedra de cantería; otros, empleados por los labrantes, eran usados para dar la forma final: rebajar, saladiar...

Limas: al igual que los cinceles, podemos encontrar limas de diferentes formas y tamaños; rematan las zonas más delicadas del trabajo en piedra.


Muchas de sus obras adornan el patrimonio urbano del municipio de Buenavista del Norte, pueblo que debe estarle muy agradecido. Don Otilio posee los dones de un Gran Maestro, capaz de transmitir al alumnado que ha pasado por sus manos la destreza y el conocimiento necesario para mimar y transformar la piedra: pasión y dedicación de toda su vida.


 


Este artículo ha sido previamente publicado en el número 33 de la revista El Baleo, editada por la Sociedad Cooperativa de El Campo La Candelaria, en octubre de 2005.
 

 

Comentarios
Miércoles, 19 de Diciembre de 2012 a las 10:08 am - Maribel Sánchez

#06 para Juan Carlos: Soy la profesora responsable de asignaturas relacionadas con la piedra de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna. Creo que merece respuesta el modo en que solicitas información sobre herramientas. Dentro de Tenerife puedes encontrarlas en la empresa Canaria de Mármoles y Triturados (carretera general dels sur, cerca del enlace con Santa maría del Mar), también es posible comprar a través de internet, una dirrección que puede servirte: http://antonio-valentin.com/. A partir del 3 de enero y hasta final de febrero voy a tener una exposición de esculturas en piedra en la Ermita de San Miguel de La Laguna, estaré por allí a menudo, si quieres te acercas y charlamos. Si quieres ver antes el catálogo de la exposición: http://dl.dropbox.com/u/79961942/Cat%C3%A1logo%20exposici%C3%B3n%20escultura%20m%C3%A1rmol%20y%20lava%20pantalla.pdf

Lunes, 28 de Febrero de 2011 a las 22:49 pm - juan carlos

#05 comence a trbajar la piedra y nesecito me informen donde conseguir herramientas para esta tarea y tambien donde conseguir piedra, marmol, etc. desde ya gracias

Jueves, 08 de Abril de 2010 a las 15:41 pm - Matias Delera

#04 Hola es posible comunicarme con el personaje de esta historia o con alguien del tema en la zona._ Soy de Cordoba Argentina y me dedico a la piedra y fabricacion de herramientas de forma artesanal como hobby, tengo locura por la piedra. Cualquier contacto es de suma utilidad. mi mail es delerapiedras@blogspot.com. Saludos

Jueves, 25 de Septiembre de 2008 a las 17:07 pm - xmn

#03 me parce quee super buena la recopilacion que se hace en cuanto herramientas

Martes, 27 de Noviembre de 2007 a las 14:05 pm - jorge

#02 gracias por la información

Domingo, 16 de Septiembre de 2007 a las 21:45 pm - hans analla

#01 la neta usted es un buen hombre una persona q sabe mucho